lunes, 7 de junio de 2021

Desigualdades de género

En el módulo 1 del curso Fundamentos sobre la Igualdad entre Mujeres y Hombres, del INAP (Instituto Nacional de Administración Pública), hemos aprendido las bases para comprender qué es o qué significa la igualdad de género.

Al final del módulo se nos plantea un reto que consiste en realizar una reflexión sobre una noticia sobre una desigualdad de género relacionada con nuestro ámbito de trabajo.

En mi caso, como decía en mi presentación, trabajo como Técnica Auxiliar de Informática en la Mutualidad General Judicial. Mi trabajo está estrechamente relacionado con la tecnología. Así que he elegido hablar sobre una noticia que me ha parecido muy interesante sobre la discriminación de la mujer en el mundo tecnológico. 

La noticia se titula “La discriminación de la mujer es probablemente la discriminación más transversal en el mundo tecnológico”. Podéis leerla en el siguiente enlace: https://www.compromisoempresarial.com/innovacion_social/2021/03/discriminacion-mujer-transversal-mundo-tecnologico/


 Me ha parecido muy interesante leerla porque, lo que se expone, es algo sobre lo que no había pensado, ni tampoco había oído hablar sobre ello. Y también por el hecho de que lo cuenta, en primera persona, una mujer que se enfrenta a esta realidad en su trabajo diariamente y, por ello, puede hablarnos sobre este tema desde la experiencia y no sólo desde el conocimiento de ciertos números, estadísticas, porcentajes, etc...Ella es Gemma Galdón, fundadora de Éticas Consulting y doctora en Políticas de Seguridad y Tecnología. 

Aunque el título hable de discriminación de la mujer, en la noticia no sólo se menciona este tipo de discriminación, sino otras discriminaciones sociales que se dan actualmente en el desarrollo tan rápido que está teniendo la tecnología.  

La fundación Éticas Consulting ha desarrollado una metodología de auditoría de algoritmos, mediante la cual, se ha puesto de manifiesto que los algoritmos que actualmente se están creando para, por ejemplo, "automatizar decisiones vitales como la selección de currículos, la adjudicación de créditos, el cálculo de primas de salud o la atención médica", al estar utilizando en su entrenamiento datos del pasado, siguen reproduciendo las brechas y discriminaciones existentes en esos datos.

Así que la discriminación sobre la mujer también se está reproduciendo, tal cual estaba presente en nuestra sociedad en el pasado (y actualmente), en estos nuevos algoritmos. 

Como dice Gemma Galdón, "si el mundo real es machista la tecnología también lo es". Y nos habla del peligro de esto, que está, no solo en que los algoritmos imitan las discriminaciones existentes en el mundo real, sino en que, además las amplifican. Por ejemplo, "si los hombres tienen trabajos mejor pagados que las mujeres y el robot de búsqueda de empleo aprende eso, lo que hace es perpetuar el sesgo". 

Algunos ejemplos de discriminación sobre la mujer en el ámbito de la tecnología, que se mencionan también en esta noticia, son: 

  • los asistentes personales virtuales utilizan voces de mujer, lo que hace que se continúe con la idea de "la mujer servicial, que no se queja, que siempre está a disposición";
  • se crean muñecos robóticos para temas sexuales, "que también reproducen un estereotipo de las mujeres muy, muy dañino";
  • "la falta de diversidad de género en los equipos de ingenieros";

Y Gemma menciona otros que ha conocido por su experiencia personal y laboral, como:

  • aunque la criaron para sentirse igual, para sentirse persona, la sociedad, los demás, no la percibían así: "Tú te sientes profesional y la otra persona ve a una mujer";
  • "hay un grado más de conflicto en todos los temas si estamos nosotras", por lo que Gemma, a veces, delega algunas conversaciones en su pareja porque sabe que "con un hombre la otra parte se anima menos a generar conflicto";
  • "Es un tema que está presente constantemente. Yo creo que cada día hay algún momento en el que el mundo me recuerda que soy mujer y que eso quiere decir que no siempre soy igual a los ojos de los demás";

Está claro que, nuestra sociedad, aunque en menor medida que en el pasado, sigue manteniendo las desigualdades entre mujeres y hombres. Y esto es lo que aprenden nuestras niñas y niños. Por ejemplo, en muchas familias, sigue siendo la mujer la encargada de todas las tareas del hogar y del cuidado de los hijos, a pesar de tener jornadas laborales iguales o más largas que su pareja. Y esto, por parte de las personas que participan de ello, mujeres y hombres, se da por hecho, se acepta, porque es lo que se ha aprendido, y no existe un camino diferente posible, más que el de seguir actuando de la misma manera. 

También, se nos siguen enviando continuamente mensajes desiguales en las películas, canciones,  anuncios de televisión, etc... y ello sigue estando muy aceptado en la sociedad. De hecho, muchas veces no nos damos ni cuenta. Es ahora, cuando hemos empezado a ser un poco conscientes de este tema.

Mientras no se rompan estos comportamientos, mensajes, estereotipos..., no podremos caminar hacia la igualdad. 

Teniendo en cuenta todo esto, y analizando cualquier ámbito, como el tecnológico que se menciona en esta noticia, podemos ver cómo se ponen de manifiesto también estas desigualdades, pues están presentes ya en nosotras y nosotros de una manera normalizada. 

Seguimos aún arrastrando un poso del pasado, que está grabado en nuestras células y en el inconsciente colectivo, y que por tanto, se transmite de generación en generación. 

La solución pasa por, tanto "desaprender" lo aprendido, poner conciencia de lo que está pasando y de que no tiene sentido que eso sea así si queremos caminar hacia la igualdad de las personas, como por aplicar nuevos patrones de educación y de comportamiento en las escuelas, en las familias y en todos los ámbitos educativos, donde se evidencie la igualdad entre las personas, en cuanto al trato, lenguaje utilizado, roles desempeñados, derechos, capacidades, valía, etc...También, se deben cambiar los mensajes implícitos en los medios de comunicación, enviando mensajes igualitarios y no discriminatorios. Y establecer políticas y crear legislaciones que se encaminen a no aceptar los comportamientos desiguales, a erradicar la discriminación y la violencia contra la mujer, y que fomenten el reconocimiento de sus valores y capacidades, y el respeto hacia su persona. 

Habrá mucha gente que no quiera ver ni aceptar el cambio, por eso es tan importante que existan estas leyes y políticas que propicien y obliguen a que ese cambio se vaya produciendo.  

Por último, me gustaría compartir mi propia experiencia en este tema. Llevo trabajando en el ámbito de la informática desde hace más de 20 años, y he vivido muchas situaciones discriminatorias en el ambiente laboral. Por ejemplo, si una compañera o yo hemos expuesto una idea, esa idea no fue válida. Pero si, al poco tiempo (en el mismo día me refiero, a veces en la misma reunión) esa misma idea la expuso un hombre, entonces fue una idea maravillosa y super inteligente. He visto muchas veces cómo mis compañeros se hablan entre ellos con mucha complicidad, con "colegueo", sin embargo, cuando han hablado conmigo, ha sido desde otro lugar, como si yo no fuese a entender lo que ellos estaban contando. También, muchas veces me han explicado cosas que no he preguntado, porque han dado por hecho que no las he entendido, y cuando he hecho preguntas concretas, en las que ellos no habían pensado o no conocían la respuesta, les ha sentado mal. 

Otras veces he oído comentarios insultantes para las mujeres, como por ejemplo: "si te casas la has 'cagao', te van a obligar a pasar la aspiradora", y otras cosas parecidas. Y las personas allí presentes se han reído, aceptando lo que se decía como una gran verdad. 
También, veo muchas mujeres que son líderes y que tienen que alzar la voz en reuniones o conversaciones para que se las escuche. Entonces, se las deja hablar, pero se piensa que son unas histéricas o están locas. 
Y, en relación al teletrabajo, que está ahora en boca de todos, un jefe me dijo una vez, cuando le pregunté si se podía hacer teletrabajo, que "el teletrabajo no es para irse a hacer la compra". Otro jefe le dijo a una compañera que hay que controlar el teletrabajo, porque "cuando estás teletrabajando no puedes estar limpiando los cristales".  

Estas son algunas de las situaciones que he vivido en mi entorno laboral. Podría contar muchas más en las que me he sentido discriminada y contra las que, día a día, lucho con todas mis fuerzas para evitar que se grabe en mi subconsciente el mensaje que se me quiere transmitir: "tú, mujer, vales menos", pues de vez en cuando me sorprendo pensando o sintiendo que es verdad.

 

 

 

 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Qué podemos hacer?

¿Qué podemos hacer? En el último reto del curso  Fundamentos sobre la Igualdad entre Mujeres y Hombres , del INAP (Instituto Nacional de Adm...