En el módulo 1 del curso Fundamentos sobre la Igualdad entre Mujeres y Hombres, del INAP (Instituto Nacional de Administración Pública), hemos aprendido las bases para comprender qué es o qué significa la igualdad de género.
Al final del módulo se nos plantea
un reto que consiste en realizar una reflexión sobre una noticia sobre una
desigualdad de género relacionada con nuestro ámbito de trabajo.
En mi caso, como decía en mi
presentación, trabajo como Técnica Auxiliar de Informática en la Mutualidad
General Judicial. Mi trabajo está estrechamente relacionado con la tecnología.
Así que he elegido hablar sobre una noticia que me ha parecido muy interesante
sobre la discriminación de la mujer en el mundo tecnológico.
La noticia se titula “La
discriminación de la mujer es probablemente la discriminación más transversal
en el mundo tecnológico”. Podéis leerla en el siguiente
enlace: https://www.compromisoempresarial.com/innovacion_social/2021/03/discriminacion-mujer-transversal-mundo-tecnologico/
Aunque el título hable de discriminación de la mujer, en la noticia no sólo se menciona este tipo de discriminación, sino otras discriminaciones sociales que se dan actualmente en el desarrollo tan rápido que está teniendo la tecnología.
La fundación Éticas Consulting ha
desarrollado una metodología de auditoría de algoritmos, mediante la cual, se
ha puesto de manifiesto que los algoritmos que actualmente se están creando
para, por ejemplo, "automatizar decisiones vitales como la selección
de currículos, la adjudicación de créditos, el cálculo de primas de salud o la
atención médica", al estar utilizando en su entrenamiento datos del
pasado, siguen reproduciendo las brechas y discriminaciones existentes en esos
datos.
Así que la discriminación sobre la mujer también se está reproduciendo, tal cual estaba presente en nuestra sociedad en el pasado (y actualmente), en estos nuevos algoritmos.
Como dice Gemma Galdón, "si el mundo real es machista la tecnología también lo es". Y nos habla del peligro de esto, que está, no solo en que los algoritmos imitan las discriminaciones existentes en el mundo real, sino en que, además las amplifican. Por ejemplo, "si los hombres tienen trabajos mejor pagados que las mujeres y el robot de búsqueda de empleo aprende eso, lo que hace es perpetuar el sesgo".
Algunos ejemplos de discriminación sobre
la mujer en el ámbito de la tecnología, que se mencionan también en esta
noticia, son:
- los asistentes personales
virtuales utilizan voces de mujer, lo que hace que se continúe con la idea
de "la mujer servicial, que no se queja, que siempre está a
disposición";
- se crean muñecos robóticos para
temas sexuales, "que también reproducen un estereotipo de las mujeres
muy, muy dañino";
- "la falta de diversidad de
género en los equipos de ingenieros";
Y Gemma menciona otros que ha
conocido por su experiencia personal y laboral, como:
- aunque la criaron para sentirse
igual, para sentirse persona, la sociedad, los demás, no la percibían así:
"Tú te sientes profesional y la otra persona ve a una mujer";
- "hay un grado más de conflicto
en todos los temas si estamos nosotras", por lo que Gemma, a veces,
delega algunas conversaciones en su pareja porque sabe que "con un
hombre la otra parte se anima menos a generar conflicto";
- "Es un tema que está
presente constantemente. Yo creo que cada día hay algún momento en el que
el mundo me recuerda que soy mujer y que eso quiere decir que no siempre
soy igual a los ojos de los demás";
Está claro que, nuestra sociedad,
aunque en menor medida que en el pasado, sigue manteniendo las desigualdades
entre mujeres y hombres. Y esto es lo que aprenden nuestras niñas y niños. Por
ejemplo, en muchas familias, sigue siendo la mujer la encargada de todas las
tareas del hogar y del cuidado de los hijos, a pesar de tener jornadas
laborales iguales o más largas que su pareja. Y esto, por parte de las personas
que participan de ello, mujeres y hombres, se da por hecho, se acepta, porque
es lo que se ha aprendido, y no existe un camino diferente posible, más que el
de seguir actuando de la misma manera.
También, se nos siguen enviando
continuamente mensajes desiguales en las películas, canciones, anuncios
de televisión, etc... y ello sigue estando muy aceptado en la sociedad. De
hecho, muchas veces no nos damos ni cuenta. Es ahora, cuando hemos empezado a
ser un poco conscientes de este tema.
Mientras no se rompan estos comportamientos, mensajes, estereotipos..., no podremos caminar hacia la igualdad.
Teniendo en cuenta todo esto, y
analizando cualquier ámbito, como el tecnológico que se menciona en esta
noticia, podemos ver cómo se ponen de manifiesto también estas desigualdades,
pues están presentes ya en nosotras y nosotros de una manera normalizada.
Seguimos aún arrastrando un poso del pasado, que está grabado en nuestras células y en el inconsciente colectivo, y que por tanto, se transmite de generación en generación.
La solución pasa por, tanto
"desaprender" lo aprendido, poner conciencia de lo que está pasando y
de que no tiene sentido que eso sea así si queremos caminar hacia la igualdad
de las personas, como por aplicar nuevos patrones de educación y de
comportamiento en las escuelas, en las familias y en todos los ámbitos
educativos, donde se evidencie la igualdad entre las personas, en cuanto al
trato, lenguaje utilizado, roles desempeñados, derechos, capacidades, valía,
etc...También, se deben cambiar los mensajes implícitos en los medios de
comunicación, enviando mensajes igualitarios y no discriminatorios. Y
establecer políticas y crear legislaciones que se encaminen a no aceptar los
comportamientos desiguales, a erradicar la discriminación y la violencia contra
la mujer, y que fomenten el reconocimiento de sus valores y capacidades, y el respeto
hacia su persona.
Habrá mucha gente que no quiera ver ni aceptar el cambio, por eso es tan importante que existan estas leyes y políticas que propicien y obliguen a que ese cambio se vaya produciendo.
Por último, me gustaría compartir mi propia experiencia en este tema. Llevo trabajando en el ámbito de la informática desde hace más de 20 años, y he vivido muchas situaciones discriminatorias en el ambiente laboral. Por ejemplo, si una compañera o yo hemos expuesto una idea, esa idea no fue válida. Pero si, al poco tiempo (en el mismo día me refiero, a veces en la misma reunión) esa misma idea la expuso un hombre, entonces fue una idea maravillosa y super inteligente. He visto muchas veces cómo mis compañeros se hablan entre ellos con mucha complicidad, con "colegueo", sin embargo, cuando han hablado conmigo, ha sido desde otro lugar, como si yo no fuese a entender lo que ellos estaban contando. También, muchas veces me han explicado cosas que no he preguntado, porque han dado por hecho que no las he entendido, y cuando he hecho preguntas concretas, en las que ellos no habían pensado o no conocían la respuesta, les ha sentado mal.
Estas son algunas de las situaciones
que he vivido en mi entorno laboral. Podría contar muchas más en las que me he
sentido discriminada y contra las que, día a día, lucho con todas mis fuerzas
para evitar que se grabe en mi subconsciente el mensaje que se me quiere transmitir: "tú,
mujer, vales menos", pues de vez en cuando me sorprendo pensando o
sintiendo que es verdad.
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